De todos los momentos especiales en la vida de una pareja, hay uno que queremos destacar especialmente: la pedida de mano.
Sin duda, se trata de un instante donde se entremezcla el nerviosismo con la ilusión y la felicidad de cuando dos personas se comprometen regalándose un anillo de compromiso.
Pero… ¿por qué lo hacemos con este símbolo? ¿De dónde viene esta tradición?
Y sobre todo, ¿en qué mano se tiene que poner el anillo de compromiso?
En este artículo hablaremos de ello.

La tradición del anillo de compromiso
El origen de la pedida de mano se remonta al Antiguo Egipto. En esa época, los anillos de compromiso estaban hechos de fibra vegetal, marfil o cuero y eran un símbolo de fidelidad y confianza en la pareja.
De hecho, creían que de esta manera el amor quedaba atado y no podía escapar por las puntas de los dedos.
Además, la forma de la alianza era redonda porque simbolizaba el amor eterno, ya que no le veían ni principio ni final.

El origen sobre qué mano escoger
Las dudas sobre en qué mano poner el anillo de compromiso han existido desde siempre, y el debate todavía está abierto en la actualidad.
La primera civilización en planteárselo fue la Antigua Roma, donde la mujer se lo ponía en el dedo anular izquierdo porque, según la tradición, por allí pasaba la vena amoris, que ellos llamaban así y decían que estaba conectada directamente al corazón.

Manos diferentes según el país
Uno de los lugares con más tradición son los Estados Unidos. Allí, las parejas lucen sus anillos de compromiso en la mano derecha hasta el día de la boda.
No ocurre lo mismo en Italia o Francia, donde lo llevan en la izquierda.
En España, la tradición es llevar el anillo en la mano derecha, a excepción de Cataluña y la Comunidad Valenciana, donde las parejas lo lucen en el dedo anular izquierdo.

El día de la boda
Cuando llega el día de la ceremonia, los novios se entregan la alianza de boda, y es común colocársela en el mismo dedo que el anillo de compromiso.
